Seguro que has escuchado mil veces que cuidar la experiencia del usuario en tu web es fundamental. Habrás escuchado hablar del UX pero tal vez no te quede muy claro qué es exactamente, qué beneficios te puede aportar y cómo puedes mejorar la experiencia de usuario en la web de tu empresa.

¿Qué es la experiencia de usuario?

La experiencia del usuario, también conocida como UX (por sus siglas en inglés, User Experience), se refiere a la forma en la que un usuario interactúa con un producto o servicio y cómo lo percibe.

Esta experiencia está influenciada por una serie de factores que van desde la facilidad de uso y la accesibilidad, hasta el diseño visual, la percepción del valor y la satisfacción general que se experimenta al utilizarlo.

Y en el caso que nos ocupa aquí, hablaremos de la experiencia de usuario en tu sitio web o tu tienda online.

¿Por qué es importante?

La experiencia de usuario afecta significativamente en la percepción del valor de lo que ofreces y en la satisfacción del visitante de tu sitio web.

Cuando un usuario tiene una experiencia satisfactoria en tu sitio web, continúa navegando de manera fluida y natural. Esto le permite avanzar sin obstáculos y le resulta más fácil completar fácilmente la acción que tengas como objetivo: rellenar un formulario, suscribirse o realizar una compra, por ejemplo.

Así que es fundamental no descuidar la experiencia de usuario porque tiene un gran impacto en las conversiones, la lealtad del cliente y el crecimiento del negocio online en general.

Acciones básicas para mejorar la experiencia de usuario de tu web

La experiencia de usuario es un aspecto de tu web que implica desde la arquitectura de la página, el diseño y el contenido, hasta la programación y los servidores. Por eso es importante tenerla en cuenta como un elemento transversal en todas las fases de tu sitio web.

La máxima es que tu web debe ser “frustration free”, pero, siendo más específicos, estas son las acciones básicas que llevar a cabo para que el usuario tenga una experiencia positiva y satisfactoria en tu sitio web y acabe convirtiéndose en un cliente.

  • Haz que tu diseño sea adaptativo. Esto significa que la estructura y contenido se acomode a los diferentes dispositivos (ordenadores de escritorio, tabletas o móviles) para facilitar su uso. Como punto extra: comprueba, además, que todo funciona perfectamente en los principales navegadores.
  • Optimiza la velocidad de carga de tu sitio web. A nadie le gusta esperar más de la cuenta, así que optimiza las imágenes y el código para que la navegación por la página sea ágil y rápida.
  • Crea una estructura de navegación lógica, clara y sencilla. Asegúrate de que la información sea fácil de encontrar, que los menús sean concisos y que el usuario sepa en todo momento dónde tiene que ir para encontrar lo que busca. No le hagas pensar.
  • Organiza el contenido de manera que el visitante de tu web tenga claro qué es lo más importante: tamaños de letra, negritas, colores… Si todo es importante, al final nada es importante.
  • Haz que tu contenido sea útil y legible. Además de compartir únicamente información de valor, clara y concisa, edita los textos para escaneadores, evita poner textos sobre fotos (no se lee bien) y vigila el tamaño de los párrafos para hacerlos ligeros, combinándolos con elementos gráficos para hacerlos más amigables.
  • Usa colores y tipografías adecuados. Utiliza tipografías que se lean bien y combinaciones de colores que faciliten la lectura (evita los botones amarillos o el texto sobre un fondo muy chillón, por ejemplo). Y utiliza el color para facilitar la lectura: resaltar enlaces en los textos, señalizar claramente los botones, destacar ideas importantes…
  • Añade botones y llamadas a la acción claros. ¿Sabes esos restaurantes en los que hay 3 puertas y no sabes cuál de ellas es el lavabo? Pues los botones y llamadas a la acción funcionan como los carteles de las puertas: antes de abrir cualquier de ellas (o de hacer clic) debes tener claro cuál es la puerta que tienes que abrir y qué hay al otro lado.
  • Evita formularios interminables. Reduce al mínimo la cantidad de información que necesitas de tu visitante. Y si el formulario debe ser largo, plantea dividirlo en diferentes pasos para no abrumarlo.
  • Utiliza imágenes relevantes y de calidad. Las imágenes de baja calidad pueden hacer que el cliente desconfíe de la profesionalidad de la web y de la empresa. Las imágenes que aportan valor, además de añadir valor, ayudan al usuario en la navegación y le facilitan conectar con la marca y el producto o servicio.
  • Cuida la seguridad de tu sitio web. Utiliza certificados SSL y asegúrate de cumplir con las leyes de privacidad de datos. Además, protege tu sitio web para evitar vulnerabilidades por las que se pueda acceder a información de tus clientes.

Asegúrate periódicamente de que se cumplen todos estos puntos. Haz pruebas periódicas de navegación con una actitud crítica y confirma que la experiencia que tienes como usuario en tu propia web es positiva. Escucha, además, los comentarios que otros usuarios puedan hacerte llegar sobre cualquier aspecto de tu web.

Y mejora todo lo que creas que se debe mejorar.

Cómo ofrecer una experiencia de usuario aún mejor

Una vez que te hayas asegurado de que tu web cumple con los aspectos básicos, existen algunos elementos que puedes agregar para destacarte y crear una experiencia aún más atractiva y memorable para tus usuarios.

  • Limita las opciones de navegación. Según la paradoja de la elección: cuantas más opciones tenemos, más difícil nos es decidir, así que en el menú principal pon solo las opciones imprescindibles y juega con los submenús o con el pie de página si te hace falta. Lo mismo para los botones en cada página: utiliza solo los mínimos necesarios.
  • Usa palabras simples y conocidas por tu cliente ideal. La información debe ser fácil de entender.. Limita el uso de jerga a casos donde sea absolutamente necesario.
  • Utiliza los iconos con sentido. Es fácil caer en la tentación de usarlos para conceptos complejos y para el usuario es más una confusión que una ayuda.
  • Cuida la accesibilidad: asegúrate de hacer que tu sitio sea accesible para usuarios con problemas visuales o auditivos. Añade etiquetas alternativas a las imágenes y vigila el contraste del texto, por ejemplo.
  • Controla el uso del scroll infinito. Es una técnica que se usa para que la información se vaya presentando de forma contínua y orgánica. Es bueno para aligerar la carga de contenido, pero puede hacer que el usuario se siente apabullado con tanta información y se pierda.
  • Deja espacio en blanco en el diseño. Es más fácil enfocarse en el contenido importante cuando la página respira y hay espacios en blanco. Si no, pasa como en esos almacenes con estanterías altísimas atiborradas de productos: hay tanto y está todo tan junto que cuesta fijar la vista en lo principal.
  • Añade una sección de preguntas frecuentes. Sobre todo si detectas que tus usuarios abandonan la página por falta de información o recibes muchos emails con preguntas. La idea es que el usuario haga el viaje por tu web que hayas planeado sin encontrar obstáculos.

La experiencia de usuario se ha convertido en un aspecto clave para el éxito de tu sitio web. Una buena experiencia de usuario aumenta la satisfacción, ayudando a la fidelización del cliente. Pero además mejora la tasa de conversión, lo que al final se traduce en un sitio web o tienda online que genera más negocio.