La presencialidad es lo primero que nos arrebató la pandemia de la COVID19. Esto ha implicado que ferias y eventos haya sido uno de los sectores más afectados durante esta crisis.

Las ferias siempre han generado un gran valor añadido de branding y ventas a los expositores, pero también son un motor económico y social que mueve millones de transacciones al año. Por eso el interés por las ferias no ha decaído en estos 2 años pandémicos.

El valor diferencial de una feria siempre ha sido el contacto y el encuentro presencial. Los expositores utilizan estas relaciones personales para establecer negocios que perduren en el tiempo. Y aunque los formatos virtuales han sido un verdadero salvavidas que ha ayudado a mantener la conexión con los clientes, ahora mismo se consideran más un complemento para mejorar la experiencia ferial, que una sustitución de las ferias presenciales.

Las nuevas tecnologías multiplican las opciones de conexión y son una herramienta realmente útil para llegar a nuevos targets y segmentar mercados con mayor precisión. Forman parte de nuestro día día también en los negocios y la industria. Y sabemos que herramientas como el Social Selling, el Inbound Marketing, los Webinars o el Branded Content, se han incorporado a muchas empresas que nunca antes se habían sentido atraídas por las herramientas digitales.

Pero no debemos olvidar que las ferias presenciales son algo más que un escaparate de novedades, son también una plataforma de networking y una forma de transmitir los conocimientos del sector y exponer las tendencias del mercado. Las ferias cierran ventas, esenciales para la recuperación económica, pero también ofrecen a los visitantes un pronóstico de la evolución del mercado.

El coronavirus llegó como algo arrollador que ha logrado cambiar muchos paradigmas, sin embargo, no ha conseguido aniquilar el deseo de la gente de reunirse en persona. Por eso ha habido un gran repunte de las ferias presenciales en los últimos meses.

Los organizadores deben entender que no vale con estar ahí, con vender un espacio y hacer una buena labor comercial. Perdurarán las ferias que comprendan mejor las necesidades de los expositores y compradores, y consigan salvar los cambios en la estructura de la comunicación ferial que la pandemia esta dejando como secuela. Por eso no podemos afirmar que todas las ferias sobrevivirán en los próximos meses. Ya se ha notado una tendencia a desaparecer de las ferias más pequeñas, especialmente las destinadas a público general. Pero estamos viviendo un nuevo auge de esas ferias profesionales que ya eran un referente en su sector.

Las ferias profesionales que consigan aportar contactos de calidad a sus participantes, creen oportunidades de negocio y se conviertan en un punto de encuentro real para el sector, son ahora más necesarias que nunca. Ferias que se apoyen en las nuevas tecnologías para personalizar la experiencia tanto de expositores como de visitantes.

Para hacer negocios sigue siendo indispensable generar confianza y, de momento, lo que más nos ayuda a generarla es el contacto físico y personal. De ahí que las ferias profesionales que proporcionan un espacio idóneo para ello, estén sufriendo un repunte.

Todavía debemos esperar algunos meses más para saber qué ferias y sectores serán los más beneficiados de este nuevo florecer de la actividad ferial, pero lo que está claro es que aquellos organizadores que no den una respuesta contundente a las necesidades de su sector, no tendrán continuidad.

Si tu sector es de los que está viendo repuntar las ferias profesionales más importantes, déjanos ayudarte a preparar el mejor proyecto para tu stand.

 

En Mazzima queremos que tu marca brille.