Con la fotografía de producto pasa como cuando vas a comprarte una casa. Es una decisión importante. Llegas a la agencia inmobiliaria y el agente va desaliñado y viste como un niño de 15 años.

 

¿Le confiarías a esta persona la inversión que vas a hacer?

No, lo más probable es que no.

Lo mismo pasa con la fotografía de producto para tu negocio.

 

 

Las fotos de tu web, tus catálogos, o cualquier otra herramienta de promoción, es la imagen que estás proyectando al exterior sobre quién eres y cómo trabajas, y es la primera impresión que tus clientes potenciales van a tener de ti. La calidad de tus fotografías es un reflejo de la calidad de tu servicio, y si no ofreces una imagen excelente la percepción de tu producto o servicio se va a ver afectada, y vas a dar la impresión de no estar a la altura de las expectativas de tu cliente potencial.

Cuando un cliente potencial ve las imágenes de tu web o catálogo su cerebro llega a muchas conclusiones de forma instantánea e inconsciente, y crea un juicio de valor sobre si tu empresa puede ser un proveedor de confianza y un aliado o ser alguien en quien no vale la pena invertir tiempo, dinero y esfuerzo. Lo primero que tu cliente potencial quiere averiguar es si puede confiar en ti y va a tomar esa decisión en cuestión de segundos.

Tienes que ayudarle a tomar la decisión acertada teniendo una imagen de empresa seria y confiable, y eso se consigue a través de la calidad fotográfica de tu imagen corporativa.

Vivimos en una época en que la tecnología ha democratizado el acceso a herramientas de creación de imagen y video pero, desgraciadamente, el talento y la experiencia no vienen con el hardware, con lo que es importante contar con un equipo de profesionales de la fotografía que saben no solo cómo hacer que tu imagen refleje la mejor cara de tu empresa desde un punto de vista estético, pero también desde un punto de vista técnico, de forma que las fotografías de tu web o catálogo no solo estén a la altura de lo que se espera de tu empresa, pero también que comprendan los principios psicológicos detrás de la captación de clientes usando imagen corporativa para que sea una fotografía que obtiene resultados de venta.

Estos resultados no los puede obtener cualquier persona que sepa usar una cámara digital. Se requiere conocimiento y experiencia en uso emocional de la luz, líneas de fuga, composición, y cualquier otro elemento de la fotografía, ya que todos ellos expresan cosas sobre tu empresa de forma sutil y que se entienden a un nivel inconsciente.

Otro de los errores en lo que atañe a mostrar imagen de marca a través de la fotografía es centrar el foco de atención en el producto. Craso error. Particularmente en el caso de negocios B2B las transacciones se basan en una relación de confianza. Tus productos pueden ser estupendos, pero tu cliente potencial está más interesado en si vas a poder solucionar sus problemas y si vas a estar ahí cuando te necesite, si tu producto se va a enviar a tiempo, si tu atención al cliente no le va a dejar colgado. Desde un punto de vista de fotografía de imagen centrar tu cara visible en objetos hace que no transmitas esa confianza, ya que las personas confían en otras personas, no en objetos, lugares, o cosas materiales, con lo que es importante que en tu fotografía de marca muestres lo que se llama fotografía lifestyle, fotografía de personas o bien representando el producto o servicio (como directivos u otros trabajadores) o bien clientes usándolo. Un fotógrafo capaz de captar la magia de tu lifestyle puede elevar tu imagen más allá de lo que cualquier fotografía de producto puede hacer, ya que, como decía antes, tu cliente potencial empatiza con personas, no con cosas.

 

Si quieres utilizar la imagen corporativa como herramienta de venta es importante que la fotografía de tu empresa proyecte una imagen en la que se pueda confiar.

 

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