Los objetivos de año nuevo son fáciles de decir, lo difícil es conseguirlos.

 

Es hora de crear tu estrategia de comunicación.

 

¿Por dónde empezar?

 

Es simple y es básico: empezar por el principio. Parece fácil y quizás sea redundante, pero a veces las urgencias del día a día nos distraen de lo importante. Y lo primero es definir el objetivo. ¿Qué quiero conseguir en 1 año? ¿Y en 5 años? ¿Y en 10 años?

 

¿Y qué es lo importante?

 

Lo importante es trazar un plan, crear una estrategia de comunicación. Los objetivos de año nuevo son algo fácil de decir después de comerse las uvas y brindar, pero resultan algo más difíciles de identificar cuando hay que poner objetivos medibles y alcanzables. Facturar más es un objetivo muy bonito e interesante, pero no es medible. Hay que definir una cifra. Tener 10 clientes más. Facturar 10 millones. O perder un 10% menos de clientes al año. Un buen plan de marketing debe fijar objetivos medibles.

También hay que ser realista y crear objetivos alcanzables. Crear un objetivo que no podrás cumplir porque la capacidad de producción de la empresa te lo impide sería un desperdicio de dinero. Por eso si el objetivo de 2020 es crecer, hay que contar con la capacidad real de absorber mas clientes o crecer en número de empleados. Tu infraestructura pondrá el límite, acéptala y busca un crecimiento sostenido.

 

¿Ya tienes objetivos? Vayamos al plan.

 

Como cuando hacemos unas vacaciones o un viaje en coche, planificar la ruta es de vital importancia para saber qué camino debemos tomar. Aunque a día de hoy ese trabajo se lo dejamos al GPS, muchos aún preferimos planificar por adelantado una ruta importante para poder controlar que el GPS está haciendo bien su trabajo. Y eso lo conseguimos con los KPI (Key Performance Indicator) que nos ayudan a saber si vamos bien en nuestra estrategia de comunicación. Gracias a estos indicadores podemos controlar que el objetivo está siendo alcanzado o realista. Si queremos facturar 9 millones de € al año, un KPI lógico sería dividirlo por los 12 meses del año y nos darían 750.000€ de facturación mensuales que debemos tener para alcanzar ese objetivo. Todo será relativo a la estacionalidad de tu negocio, claro. Si vendes adornos navideños es probable que el 90% de tu facturación sea en el último trimestre. Pero con estos indicadores podremos valorar si la ruta está siendo efectiva.

 

«Me gusta que los planes salgan bien» es una conocida frase que decía Hannibal en El Equipo A y es algo fantástico, pero utópico. Las variables que no controlamos pueden hacer que el plan trazado hoy tenga que ser reajustado en unos meses. A veces la ruta planificada está cortada, como un buen GPS debemos advertir los problemas del camino que nos impiden alcanzar el objetivo para tomar una ruta alternativa, modificar nuestro recorrido y así poder llegar a donde queremos llegar. Cuando sabemos a donde ir el cómo llegar se traza más fácil.

 

Ya tengo objetivos ¿Y ahora que?

 

Ahora es el momento de ejecutar. Realizar contenido relevante que nos ayude a captar la atención de nuestros posibles clientes explicándoles nuestro valor diferencial y nuestros productos o servicios. Cuando se tiene el objetivo claro, cualquier cosa que se vaya a decir debe pasar el filtro: ¿Aporta o no? Una vez ahí, el límite lo dicta el presupuesto. La creatividad de las campañas, la exposición orgánica y pagada en medios, y estar presente en las conversaciones relevantes hará que lleguemos a hablar con nuestros clientes. Y una vez presentes en la conversación, es cuando podemos explicarnos.

 

El inicio de año es el momento donde casi todos nos marcamos nuevos objetivos, pero ¿Ya tienes un plan?